Doctor Mehdi Chaabi

Doctor Mehdi Chaabi

Farmacología y farmacocinética

La Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia a nivel mundial por COVID-19 el 11 de marzo.  A 23 de septiembre de 2020, el coronavirus se ha propagado rápidamente entre más de 31.000.607 personas de 202 países y ha causado alrededor de 971.000 muertes. Los nuevos casos y muertes por coronavirus aumentan de forma exponencial. 

Para combatir esta situación de pandemia, numerosos científicos y compañías biofarmacéuticas de todo el mundo trabajan contra reloj en la búsqueda por un remedio efectivo. Entre ellos, el doctor Michel Chrétien, investigador principal de Instituto de Investigación Clínica de Montreal (IRCM), ha propuesto el uso de un compuesto vegetal llamado quercetina en el tratamiento de la COVID-19. Además, según se ha declarado recientemente, el equipo del doctor Chrétien supervisará los ensayos clínicos para probar la quercetina en pacientes chinos en estrecha colaboración con las autoridades de salud de China.[1]

En este artículo de revisión descubrimos las últimas noticias en torno a la investigación sobre el efecto antiviral de la quercetina. En efecto, la quercetina ha sido objeto de gran interés recientemente por sus nuevos efectos antivirales. La literatura científica indica que la quercetina ha sido objeto de investigación como un posible agente antiviral desde hace más de 15 años. Este artículo revisa la farmacología conocida y los mecanismos de acción de la quercetina, así como la evidencia relacionada con sus efectos antivirales. Cabe destacar que la quercetina de alta pureza fue reconocida como segura (GRAS) en el 2010.[2]

La quercetina (3,5,7,3′,4′-pentahidroxiflavona) es un flavonoide polifenólico presente en distintas plantas, en particular en cebollas, arándanos, col rizada, brócoli y té verde. Los flavonoides también realizan otras muchas funciones en la biología de las plantas, entre ellas la captura de radicales libres [3] y la regulación de la actividad enzimática. También poseen efectos antibacterianos y antivirales[4], entre otros, bacterias patógenas, virus y los parásitos Plasmodium, Babesia y Theileria.[5] 

La farmacología ha estudiado los efectos antihipertensivos de la quercetina[6] , su actividad antiproliferativa/antiinflamatoria[7] y otras propiedades. 

La solubilidad en agua de la quercetina es baja, y tiende a estabilizarse en forma de glucósidos de quercetina con grupos glucosilos liberados durante la digestión. Por otra parte, el consumo de quercetina junto con una comida rica en grasa potencia la absorción[8], y la vitamina C ha demostrado mejorar la absorción de quercetina y aumentar los niveles plasmáticos de quercetina.[9] En particular, los datos sugieren que la quercetina se acumula de preferencia en pulmones, hígado, riñones e intestino delgado, y que sus niveles son más bajos en cerebro, corazón y bazo.[10]

Figura 1. Estructura química de la quercetina

Esructura química de la Quercetina

Datos preclínicos sobre el efecto antiviral

Los datos in vitro sugieren que la quercetina puede inhibir la replicación del virus de la gripe, de la parainfluenza, del sincitial respiratorio, del adenovirus y del rinovirus.[11] Kinker resume que la actividad de la quercetina interfiere en las tres fases de la replicación viral:[12] 

  1. La quercetina bloquea la endocitosis (penetración del virus en el interior de la célula huésped) mediante la inhibición de la fosfatidilinositol-3-cinasa (PI3 quinasa). 
  2. La quercetina bloquea la transcripción del genoma viral al inhibir la ARN-polimerasa y la traducción en proteína viral al promover la fragmentación del factor de inicio 4G (eIF4G) de la traducción eucariota. 
  3. La quercetina incrementa el aclaramiento viral al mejorar la respuesta antiviral mitocondrial. 

En un ensayo con animales sobre la infección por influenza (H3N2), el inicio de la infección se asoció a un descenso significativo de las concentraciones de catalasa en pulmones, glutatión reducido y superóxido dismutasa (antioxidantes); la suplementación con quercetina administrada de forma simultánea a la inoculación del virus produjo un aumento significativo de las concentraciones de estos antioxidantes en pulmones.[13] Un ensayo similar demostró que la quercetina tenía un efecto protector leve hasta moderado sobre la morfología de los pulmones, y un descenso significativo en el número de células infiltradas.[14] 

Los datos in vitro y de animales sugieren prometedores efectos antivirales amplios asociados a la quercetina. La quercetina parece tener efectos antivirales in vitro y/o in vivo contra muchas cepas de virus influenza, coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), síndrome respiratorio agudo grave asociado al coronavirus (SARS-CoV), coronavirus murino, virus del dengue, virus de la hepatitis B (VHB), virus Epstein–Barr (VEB), virus del Zika y virus del Ébola. La quercetina parece inhibir la entrada del virus en la célula en una fase temprana, inhibir la replicación de ARN/genoma virales y reducir la inflamación asociada a la infección. 

Interacciones con otros fármacos

La quercetina inhibe el sistema enzimático P450 CYP3A4[15] y puede influir en la farmacocinética de otras sustancias, entre ellas los fármacos metabolizados por este sistema. Los individuos que están tomando fármacos, especialmente aquellos que toman fármacos de ventana terapéutica estrecha, deben consultar a su médico antes de utilizarla. La quercetina ha demostrado mejorar los efectos de distintos fármacos antimicrobianos y antifúngicos, entre ellos aquellos contra el estafilococo aureus, E. coli multirresistente y cepas resistentes al fluconazol de Candida tropicalis.[16] También se ha reportado que la quercetina se une de forma competitiva a la ADN girasa bacteriana, por lo que su administración con antibióticos fluoroquinolónicos (p. ej., ciprofloxacina and y otros que terminan en -floxacina) está contraindicada.[17] 

Ensayos clínicos

Un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo investigó el efecto de dos dosis de quercetina en la infección viral del tracto respiratorio superior entre una extensa muestra poblacional con edades entre 18 y 85 años.[18] En total se aleatorizaron 1.002 participantes con 500 hasta 1.000 mg/d o placebo durante 12 semanas.

Tabla 1: efectos antivirales de la quercetina mencionados en la literatura

Efecto Cepa del virus Ref.

Actividad antiviral e inhibición de coronavirus murino o virus de la hepatitis del ratón (MHV) y virus del dengue tipo 2 (DENV-2) de la fracción de quercetina contenida en la planta in vitro Houttuynia cordata.

Virus de la hepatitis del ratón (MHV) y virus del dengue tipo 2 (DENV-2)

[23]

Actividad antiviral contra el virus Zika (ZIKV) en cultivo celular y ratones knockout.

Virus Zika (ZIKV)

[24]

Actividad antiviral contra la cepa in vitro de influenza A (H1N1) y sinergia in vivo al combinarla con fármacos antivirales estándar, tal que "la combinación de antioxidantes [quercetina] con fármacos antivirales reduce sinérgicamente los efectos letales en las infecciones por el virus influenza" en modelos animales.

Influenza A (H1N1)

[25]

Inhibición de la replicación del virus de la hepatitis B (VHB) in vitro.

Virus de la hepatitis B (VHB)

[26]

Inhibición sinérgica si se usa con Ganoderma lucidum (reishi) contra el virus de Epstein–Barr (VEB) – carcinoma gástrico asociado.

Virus de Epstein–Barr (VEB)

[27]

Inhibición de las infecciones por DENV-2 y DENV-3, e inhibición de las citoquinas proinflamatorias inducidas por la infección por DENV, TNF-α, y secreción IL-6.

Serotipos del dengue 2 y 3 (DENV-2 y DENV-3)

[28]

Inhibición de la actividad enzimática de la proteasa 3CL del MERS-CoV asociada a la infección por coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV).

MERS-CoV

[29]

Efectos antivirales contra el virus de influenza A (VIA): el tratamiento periódico con quercetina para reducir la infección fue efectivo y reguló diferencialmente la expresión de proteínas clave, con inclusión de proteínas de choque térmico, fibronectina 1 y prohibitina implicadas en la replicación del VIA.

Influenza A (H1N1)

[30]

Inhibición fuerte de la actividad contra los virus de influenza A y B por medio de la inhibición de la ARN-polimerasa viral. La quercetina también redujo las especies reactivas de oxígeno causadas por el virus y la autofagia.

Influenza A y B

[31]

Actividad inhibidora en la primera fase de la infección al bloquear la entrada de virus en la célula huésped en varias cepas de influenza, con inclusión de dos cepas de H1N1 y H3N2.

Influenza H1N1 y H3N2

[32]

Efectos antivirales contra el virus de influenza H1N1: "la infección viral provocó la muerte celular y aumentó la expresión genética de la vía de señalización de TLR7. La quercetina y el oseltamivir incrementaron la viabilidad celular y redujeron la expresión de la vía de señalización de TLR7."

Influenza A (H1N1)

[33]

La quercetina, el galato de epigalocatequina y el galato de galocatequina (GCG) mostraron una buena inhibición de 3CLpro, la enzima necesaria en la replicación del virus en el síndrome respiratorio agudo grave asociado al coronavirus (SARS-CoV).

Coronavirus SARS-CoV

[34]

Inhibición de la actividad de la proteasa 3CL de SARS-CoV

Coronavirus SARS-CoV

[35]

Reducción de la infección por influenza, incluidas morbilidad, mortalidad y gravedad de los síntomas, en ratones sometidos a estímulos estresantes.

Influenza

[36]

Los resultados mostraron que, aunque no se produjeron efectos globales, el análisis de un subgrupo de individuos de más de 40 años de edad en buen estado físico, según su propia puntuación (n = 325), mostró una gravedad de la IVTRS significativamente inferior (36 % de reducción, p = 0,020) y una reducción en los días de IVTRS (31% de reducción, p = 0,048) en el grupo tratado con 1.000 mg de quercetina en comparación con placebo. 

En un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado por placebo se investigó la farmacocinética y los cambios en los biomarcadores inmunológicos asociados a la suplementación con una que contenía quercetina.[19] En dicho ensayo, se trató un total de 48 mujeres con sobrepeso y obesas de mediana edad con una fórmula herbal rica en bioflavonoides o con placebo durante 10 semanas. La fórmula herbal contenía 1.000 mg de quercetina, 400 mg de isoquercetina, 120 mg de epigalocatequina (EGCG) extraída de té verde, 400 mg de AGPI n3 (ácidos grasos poliinsaturados omega-3 con 220 mg de ácido eicosanpentaenoico [EPA] y 180 mg de ácido docosahexaenoico [DHA]) obtenidos del aceite de pescado, 1.000 mg de vitamina C, 40 mg de niacinamida y 800 µg de ácido fólico. Se recogieron muestras de sangre al inicio y pasadas 10 semanas. Los resultados mostraron que la suplementación había incrementado casi por cuatro (388 %) los niveles séricos de quercetina. A pesar de no registrar ningún cambio en la proteína C-reactiva, un marcador de inflamación aguda, los análisis de enriquecimiento del conjunto de genes revelaron que existía una sobreexpresión de los genes relacionada con la actividad antiviral inducida por la interferona en el grupo tratado con el suplemento herbal, en comparación con placebo. 

Un ensayo de fase I investigó el posible efecto antiviral de la quercetina en pacientes con hepatitis C causada por el virus de la hepatitis C (VHC).[20] El ensayo era del tipo aumento de dosis y pretendía establecer la seguridad en 30 pacientes no tratados con infección crónica por VHC y caracterizar los efectos en la carga viral. Los resultados mostraron que la quercetina había sido segura en todos los pacientes. No se registraron cambios en las enzimas hepáticas (aspartato transaminasa y alanina transaminasa). No obstante, ocho pacientes de 30 presentaron un descenso "clínicamente significativo" en la carga viral.[21] También se observó una tendencia al descenso de la carga del VHC en pacientes con una proporción menor de quercetina en plasma asociada a la dosis. Los investigadores concluyeron que los datos sugieren un efecto antiviral en algunos pacientes. 

En pacientes con herpes oral causado por el virus del herpes simple se evaluó una fórmula herbal que contenía quercetina.[22] Una revisión retrospectiva del gráfico examinó los datos de 68 pacientes tratados. A los pacientes se les habían administrado entre una y cuatro cápsulas diarias durante dos a 36 meses. La fórmula herbal contenía cinco ingredientes: 100 mg de quercetina, 150 mg de extracto de té verde, 50 mg de canela, 25 mg de regaliz y and 100 μg de selenio. Se compararon los controles de los pacientes al inicio (n = 56) y en los controles sin tratamiento(n = 12). La fórmula se consideró "efectiva en el 89,3 % de los participantes": el tratamiento redujo el promedio de brotes por año de 6,0 y 3,6 en los grupos de control hasta 2,0 en el grupo sometido a tratamiento (p < 0,0001 y  p = 0,07). El tratamiento redujo la duración media de los brotes de 9,8 y 5,8 días en los grupos de control hasta 3,2 días en el grupo sometido a tratamiento (p < 0,0001 and p = 0,02, respectivamente). No se reportaron eventos adversos. La fórmula herbal también se comparó con los fármacos antivirales acyclovir y valacyclovir en seis pruebas; en todos las pruebas, la fórmula herbal mostró una mayor eficacia. 

Para concluir, la quercetina es un flavonoide lipofílico presente en numerosas plantas. La quercetina parece inhibir gran variedad de infecciones al inhibir la entrada de virus, la replicación y la inflamación asociada. En ensayos en humanos se han administrado dosis de entre 400 y 1.000 mg diarios. La quercetina puede influir en la farmacocinética de fármacos metabolizados por CYP 3A4 y está contraindicada en individuos a los que se administran antibióticos fluoroquinólicos. Recomendamos consultar a un profesional de la salud con licencia antes de su uso para establecer si la suplementación con quercetina es apropiada para usted.


Referencias bibliográficas

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7 - Chaabi, M., et al. “Anti-proliferative effect of Euphorbia stenoclada in human airway smooth muscle cells in culture.” Journal of Ethnopharmacology, Vol. 109, No. 1 (2007): 134–139.
8 - Batiha et al., op. cit.
9 - Kinker et al, op. cit.
10 - Batiha et al., op. cit.
11 - Kinker et al, op. cit.
12 - Kinker et al, op. cit.
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15 - Batiha et al, op. cit.
16 - Batiha et al, op. cit.
17 - Batiha et al, op. cit.
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21 - Lu et al, op. cit.
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