by Guillaume Landry, MSc, Naturópata
Durante treinta años, los resultados de los estudios científicos sobre la conservación de las cepas probióticas han subrayado lo obvio: la refrigeración es un factor clave para la supervivencia de estas bacterias amigables y frágiles (1). Si bien algunas cepas de probióticos son relativamente más fuertes que otras (las bifidobacterias son incluso menos resistentes que los lactobacilos), el hecho es que la sensibilidad a la temperatura y la humedad es una preocupación constante para la durabilidad de los probióticos (2,3). Otra condición sine qua non para la supervivencia de los probióticos es la protección contra la acidez gástrica (4). Pero centrémonos aquí en el tema de la refrigeración. Para ilustrar simplemente este problema, aquí hay algunas conclusiones del estudio que validan la importancia de la refrigeración probiótica.
Bifidobacterias
Las bifidobacterias son muy sensibles a la temperatura, como lo validó un estudio al mostrar una mortalidad significativamente mayor de Bifidobacterium longum durante el almacenamiento a 20 °C (temperatura ambiente), en comparación con el almacenamiento a 4 °C (5). En la misma línea, otro estudio mostró que la vitalidad de las Bifidobacterias es inversamente proporcional a la temperatura de almacenamiento: a 15 °C y 25 °C, se observó una disminución significativa para todas las especies de Bifidobacterium analizadas (6). En un tercer estudio, se encontró que la supervivencia microbiana era mejor a temperaturas de almacenamiento más bajas, especialmente para Bifidobacterium bifidum (7). Finalmente, un cuarto estudio concluyó explicando que las condiciones de mayor temperatura indujeron una mayor mortalidad de bifidobacterias (8).
Lactobacilos
Según un estudio, la supervivencia de las cepas L. paracasei NFBC 338 y L. salivarius UCC 118 durante el almacenamiento fue inversamente proporcional a la temperatura de almacenamiento, siendo tan baja como 11 % y 2 %, respectivamente, después de dos meses de almacenamiento a 15 °C (9). Otro estudio, realizado sobre Lactobacillus delbrueckii spp. bulgaricus, mostró altas tasas de mortalidad a temperatura ambiente, mientras que, a 4 °C, la supervivencia fue mayor (10).
Probióticos refrigerados de New Roots Herbal versus probióticos no refrigerados de la competencia
Recientemente, New Roots Herbal (fabricante canadiense de Sura Vitasan) encargó a un laboratorio analítico acreditado por ISO 17025 que realizara una comparación de estabilidad entre un producto refrigerado de su línea de probióticos y un producto no refrigerado de la competencia. Ambos productos tenían fechas de caducidad idénticas y una duración restante de conservación de 18 meses. Sabiendo que el etiquetado de Health Canada permite 24 meses de duración de la conservación de los probióticos, habían transcurrido seis meses desde su fabricación. El primer día de la prueba, el probiótico del competidor no refrigerado ya contenía solo el 73 % de la cantidad de unidades formadoras de colonias (UFC) declaradas en la etiqueta; después de 60 días (es decir, 16 meses antes de su fecha de caducidad) a temperatura ambiente entre 19 °C y 25 °C, la cantidad se había reducido a solo el 40 % de las supuestas UFC. En comparación, después de 60 días de almacenamiento en un refrigerador a una temperatura entre 2°C y 8°C, el producto de Sura Vitasan fabricado por New Roots Herbal aún contenía el 110 % del número declarado de UFC en la etiqueta (11).
El resumen sobre probióticos efectivos
Entonces, la próxima vez que visite una tienda de complementos alimenticios, en lugar de hacer la pregunta "¿son o no son refrigerados?" Simplemente pregunte: "¿Dónde está la nevera?"
Bibliografía:
1) Abd El Gawad, I.A., M.M. Metwally, S.A. El Nockrashy, and K.E. Ahmed. “Spray drying of lactic acid cultures. II. The effect of culture conditions and storage on microorganisms survival.” Egyptian Journal of Dairy Science, Vol. 17 (1989): 273–281.
2) Kailasapathy, K., and J. Chin. “Survival and therapeutic potential of probiotic organisms with reference to Lactobacillus acidophilus and Bifidobacterium spp.” Immunology and Cell Biology, Vol. 78, No. 1 (2000): 80–88.
3) Arepally, D., R.S. Reddy, and T.K. Goswami. “Studies on survivability, storage stability of encapsulated spray dried probiotic powder.” Current Research in Food Science, Vol. 3 (2020): 235–242.
4 Millette, M., A. Nguyen, K.M. Amine, and M. Lacroix. “Gastrointestinal survival of bacteria in commercial probiotic products.” International Journal of Probiotics and Prebiotics, Vol. 8, No. 4 (2013): 149–156.
5) Bruno, F.A., and N.P. Shah. “Viability of two freeze-dried strains of Bifidobacterium and of commercial preparations at various temperatures during prolonged storage.” Journal of Food Science, Vol. 68, No. 7 (2003): 2336–2339.
6) Simpson, P.J., C. Stanton, G.F. Fitzgerald, and R.P. Ross. “Intrinsic tolerance of Bifidobacterium species to heat and oxygen and survival following spray drying and storage.” Journal of Applied Microbiology, Vol. 99, No. 3 (2005): 493–501.
7) Wirjantoro, T.I., and A. Phianmongkhol. “The viability of lactic acid bacteria and Bifidobacterium bifidum in yoghurt powder during storage.” Chiang Mai University Journal of Natural Sciences, Vol. 8, No. 1 (2009): 95–104.
8) Abe, F., H. Miyauchi, A. Uchijima, T. Yaeshima, and K. Iwatsuki. “Effects of storage temperature and water activity on the survival of bifidobacteria in powder form.” International Journal of Dairy Technology, Vol. 62, No. 2 (2009): 234–239.
9) Gardiner, G.E., E. O’Sullivan, J. Kelly, M.A. Auty, G.F. Fitzgerald, J.K. Collins, R.P. Ross, and C. Stanton. “Comparative survival rates of human-derived probiotic Lactobacillus paracasei and L. salivarius strains during heat treatment and spray drying.” Applied and Environmental Microbiology, Vol. 66, No. 6 (2000): 2605–2612.
10) Teixeira, P., M.H. Castro, F.X. Malcata, and R.M. Kirby. “Survival of Lactobacillus delbruekii spp. bulgaricus following spray-drying.” Journal of Dairy Science, Vol. 78, No. 5 (1995): 1025–1031.
11) New Roots Herbal archive data available upon request.