Lavanda

Dr. Anne Hussain, ND y Birth Doula; The Wellness Group Aurora (Canadá)

El aceite de lavanda y sus propiedades

El aceite de lavanda se extrae mediante destilación al vapor de sus sumidades floridas para aplicación tópica; sin embargo, en la aromaterapia, se usa toda la planta. El aceite se puede usar de varias maneras: se ingiere por vía oral, se inhala, se usa de forma tópica directamente en la piel, se usa en mezclas de aromaterapia, en baños y más. Incluso cuando se aplica por vía tópica, el aceite de lavanda puede entrar en el torrente sanguíneo y los estudios han detectado sus componentes y metabolitos en el suero de los individuos evaluados (5). Los principales efectos de la lavanda incluyen: ansiolítico, antimicrobiano, analgésico, antidepresivo, calmante y refrescante.

Especies y componentes de la lavanda

Cuando pensamos en la lavanda, se nos viene a la mente las pequeñas flores de color púrpura con hojas escarchadas. El término lavanda puede referirse a algunas especies diferentes del género Lavándula, principalmente L. angustifolia, L. stoechas, L. latifolia y L. intermedia, y todas tienen un aspecto ligeramente diferente y tienen distintos perfiles de componentes (1). Para las dolencias de la piel, la especie de lavanda que se usa es L. angustifolia. Los principales compuestos activos en la lavanda incluyen linalool, acetato de linalilo, lavandulol, eucaliptol, α-pineno, 1,8-cineol, acetato de lavandulilo y alcanfor (1).

Estos componentes, especialmente el linalool, que se encuentra en una proporción más alta de los compuestos enumerados anteriormente, juegan un papel importante en los efectos terapéuticos de la lavanda. De hecho, el linalool ha demostrado tener efectos antidepresivos y tranquilizantes al trabajar con los receptores GABA del sistema nervioso (2). También tiene propiedades antibacterianas y analgésicas, lo que hace que la lavanda sea un excelente complemento a los tópicos para el cuidado de heridas y el control del dolor (3). Además, una nueva investigación en ratones ha demostrado que el linalool tiene un papel en la mejora de la cognición y la disminución de la progresión de la demencia de Alzheimer (4).

Usos de la lavanda

  • Cortes y raspaduras

Debido a sus propiedades antibacterianas y capacidad de estimular el colágeno, la lavanda funciona maravillosamente en conjunto con otros productos tópicos para ayudar a sanar cortaduras y raspaduras. En estudios con animales, se ha demostrado que el aceite de lavanda de uso tópico aumenta la producción de colágeno y disminuye el tamaño de la herida en el lapso de siete días versus una solución de control (6). Incluso se puede mezclar con un ungüento de miel o ungüento de polisporina para un efecto sinérgico. De hecho, se ha demostrado que el aceite de L. angustifolia actúa sinérgicamente en la sanación de heridas con agentes convencionales como nistatina, cloranfenicol, ciprofloxacina y fusidina contra microbios y hongos como Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus y Candida albicans (7).

  • Estrés y ansiedad

La lavanda es una hierba muy tranquilizante, que relaja el sistema nervioso y disminuye los niveles de cortisol (hormona del estrés) en el cuerpo (8). Por lo general, la puedes encontrar en combinación con otras hierbas como la manzanilla, la hierba de avena y el toronjil en tés, tinturas y suplementos tranquilizantes. Su aceite esencial puede usarse en un baño, en un difusor, en productos para el cuidado personal y/o en un aceite para el cabello para ayudar a tranquilizarte. Incluso cuando simplemente se inhala, se ha demostrado que el aceite esencial de lavanda disminuye la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la temperatura de la piel en comparación con un aceite base sin aceite esencial de lavanda (9). Se ha demostrado que una preparación oral de lavanda es tan efectiva como 0,5 mg de una benzodiazepina común llamada lorazepam para el trastorno de ansiedad general (10). Incluso en los bebés, la inhalación de aceite de lavanda se ha asociado con una disminución del estrés y el llanto durante el baño (11).

  • Insomnio

Otro uso de la lavanda es como una ayuda para dormir. Se ha demostrado que mejora la calidad del sueño en una variedad de diferentes poblaciones de pacientes (estudiantes universitarios, mujeres menopáusicas y pacientes geriátricos) y se ha demostrado que mejora la duración del sueño en pacientes que tienen una duración del sueño reducida debido a la abstinencia de benzodiazepinas (12,13). Es un componente de muchos tés, tinturas y suplementos para dormir, junto con la manzanilla, el toronjil, la hierba gatera, la valeriana y la pasiflora. Además de ingerir lavanda en las formas mencionadas anteriormente, te puedes dar un masaje con el aceite esencial de lavanda en el cuero cabelludo (mezclado con un aceite base), usar en un difusor y/o aplicarlo a una almohada o antifaz para dormir.

  • Alivio del dolor

Se ha demostrado que la incomodidad perineal después del parto y el dolor de cicatrices por cesáreas disminuyen con las aplicaciones tópicas de lavanda en forma de baños de asiento para el primero y de masajes con aceite perfumado con lavanda para este último (14). La lavanda ha demostrado que ayuda a disminuir la intensidad de los dolores de cabeza por migraña cuando se inhala durante las primeras etapas del dolor de cabeza por 15 minutos (15). También se ha demostrado que disminuye el dolor de la inserción de la aguja en entornos hospitalarios: las máscaras faciales de oxígeno se recubrieron con lavanda antes de la administración (16).

La lavanda también se puede usar para aliviar el dolor de cuello y espalda (17). Se combina bien con otros aceites esenciales como el de gaulteria, la menta y/o la copaiba. La experiencia clínica ha demostrado que una buena manera de usar la lavanda en este caso sería combinar tres cucharadas de aceite de ricino con dos gotas de cada uno de los aceites esenciales de lavanda, menta, gaulteria y/o copaiba y masajear los músculos del trapecio, espalda o pantorrillas doloridos para aliviarlos.

  • Otros usos

La lavanda tiene algunos usos prometedores en la sanación de la mucosa en el contexto de daños gastrointestinales como úlceras, como anticonvulsivo para la epilepsia, ayuda a quienes sufren de trastorno de estrés postraumático y en la mejora de los defectos cognitivos debido a la demencia de Alzheimer (18-21).

Seguridad

El aceite de lavanda es relativamente seguro para todas las edades y no es adictivo. En los adultos, el aceite esencial de lavanda se puede usar sin diluir para la aplicación tópica, pero no en bebés o niños. Al ingerir aceite de lavanda, es aconsejable usar solo el de calidad alimentaria y en forma diluida o en una forma encapsulada que haya demostrado ser segura. La lavanda, junto con el aceite de árbol de té, puede tener algunos efectos estrogénicos y antiandrogénicos de acuerdo con estudios in vitro (22). También hubo un pequeño estudio de caso que mostró la ocurrencia de ginecomastia en hombres jóvenes que utilizaban mezclas herbales tópicas de lavanda que se resolvió con la interrupción del uso de la mezcla de hierbas (22). La lavanda no se debe ingerir durante el embarazo y se debe usar con precaución durante la lactancia. Las personas con alergias a la lavanda deben evitarla; los síntomas comunes de efectos adversos a la administración oral de lavanda incluyen malestar estomacal y náuseas (10). La mayoría de las investigaciones sobre la aplicación y la ingestión de lavanda han sido a corto plazo, por lo que los efectos a largo plazo no están claros.

Conclusión

La lavanda es una hierba muy segura y versátil; sus propiedades curativas se han utilizado en todo el mundo y el campo de la investigación médica finalmente se está poniendo al día para corroborar muchos de sus usos tradicionales e históricos. Su aceite esencial tiene efectos antimicrobianos, tranquilizantes, refrescantes y equilibradores de hormonas y es lo suficientemente segura como para usarse directamente sobre la piel sin diluirla (en adultos). Con una variedad de usos que van desde pequeños cortes hasta el manejo de la ansiedad, definitivamente es un elemento imprescindible para el hogar.


Bibliografía:

1 - Koulivand, P.H., M.K. Ghadiri, and A. Gorji. “Lavender and the nervous system.” Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine. Vol. 2013 (2013): 681304.
2 - Guzmán-Gutiérrez, S.L., et al. “Linalool and β‑pinene exert their antidepressant-like activity through the monoaminergic pathway.” Life Sciences. Vol. 128 (2005): 24–29.
3 - Lyu, Y., et al. “Using oxidized amylose as carrier of linalool for the development of antibacterial wound dressing.” Carbohydrate Polymers. Vol. 174 (2017): 1095–1105.
4 - Xu, P., et al. “Protective effects of linalool against amyloid beta-induced cognitive deficits and damages in mice.” Life Sciences. Vol. 174 (2017): 21–27.
5 - Jager, W., et al. “Percutaneous absorption of lavender oil from a massage oil.” Journal of the Society of Cosmetic Chemists. Vol. 43, No. 1 (1992): 49–54.
6 - Hiroko-Miyuki, M., et al. “Wound healing potential of lavender oil by acceleration of granulation and wound contraction through induction of TGF‑β in a rat model.” BMC Complementary and Alternative Medicine. Vol. 16 (2016): 144.
7 - De Rapper, S., A. Viljoen, and S. van Vuuren. “The in vitro antimicrobial effects of Lavandula angustifolia essential oil in combination with conventional antimicrobial agents.” Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine. Vol. 2016 (2016): 2752739.
8 - Hosseini, S., et al. “Effect of lavender essence inhalation on the level of anxiety and blood cortisol in candidates for open-heart surgery.” Iranian Journal of Nursing and Midwifery Research. Vol. 21, No. 4 (2016): 397–401.
9 - Sayorwan, W., et al. “The effects of lavender oil inhalation on emotional states, autonomic nervous system, and brain electrical activity.” Journal of the Medical Association of Thailand. Vol. 95, No. 4 (2012): 598–606.
10 - Woelk, H., and S. Schlafke. “A multi-center, double-blind, randomised study of the lavender oil preparation Silexan in comparison to lorazepam for general anxiety disorder.” Phytomedicine. Vol. 17, No. 2 (2010): 94–99.
11 - Field, T., et al. “Lavender bath oil reduces stress and crying and enhances sleep in very young infants.” Early Human Development. Vol. 84, No. 6 (2008): 399–401.
12 - Chien, L.W., S.L. Cheng, and C.F. Liu. “The effect of lavender aroma therapy on autonomic nervous system in midlife women with insomnia.” Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine. Vol. 2012 (2012): 740813.
13 - Hardy, M., M.D. Kirk-Smith, and D.D. Stretch. “Replacement of drug treatment for insomnia by ambient odour.” The Lancet. Vol. 346, No. 8976 (1995): 701
14 - Vakilian, K., et al. “Healing advantages of lavender essential oil during episiotomy recovery: A clinical trial.” Complementary Therapies in Clinical Practice. Vol. 17, No. 1 (2011): 50–53.
15 - Sasannejad, P., et al. “Lavender essential oil in the treatment of migraine headaches: A placebo-controlled clinical trial.” European Neurology. Vol. 67, No. 5 (2015): 288–291.
16 - Kim, S., et al. “The effect of lavender oil on stress, bispectral index values, and needle insertion pain in volunteers.” Journal of Alternative and Complementary Medicine. Vol. 17, No. 9 (2011): 823–826.
17 - Yip, Y.B., and S.H.M. Tse. “An experimental study on the effectiveness of acupressure with aromatic lavender essential oil for sub-acute, nonspecific neck pain in Hong Kong.” Complementary Therapies in Clinical Practice. Vol. 12, No. 1 (2006): 18–26.
18 - Barocelli, E., et al. “Antinociceptive and gastroprotective effects of inhaled and orally administered Lavandula hybrid Reverchon ‘Grosso’ essential oil.” Life Sciences. Vol. 76, No. 2 (2004): 213–223.
19 - Gorji, A., and G.M. Khaleghi. “History of epilepsy in medieval Iranian medicine.” Neuroscience and Biobehavioral Reviews. Vol. 25, No. 5 (2001): 455–461.
20 - Uehleke, B., et al. “Phase II trial on the effects of Silexn in patients with neurasthenia, post-traumatic stress disorder or somatization disorder.” Phytomedicine. Vol. 19, No. 8–9 (2012): 665–671.Jimbo, D., et al. “Effect of aromatherapy on patients with Alzheimer’s disease.” Vol. 9, No. 4 (2009): 173–179.
21 - Henley, D.V., et al. “Prepubertal gynecomastia linked to lavender and tea tree oils.” The New England Journal of Medicine. Vol. 356, No. 5 (2007): 479–485.