Los vaivenes de la vida y, sobre todo, cómo los vivimos, tienden a desestabilizarnos. Armonizar cuerpo, mente y espíritu no es fácil, pero sí posible, y la práctica del yoga es una excelente herramienta para lograrlo. Es una disciplina milenaria destinada a trabajar la armonía cuerpo-mente. Es un sistema de ejercicios en el que la respiración constituye parte fundamental de su práctica. La respiración consciente y controlada se coordina con los movimientos y el mantenimiento de las posturas físicas. El trabajo de la respiración de manera tan consciente contribuye a la fluidez de los movimientos y sirve para concentrar la atención en el “aquí” y el “ahora”. Mantener la mente atenta y despierta permite serenarla, y la desvía de pensamientos y voces internas que la agotan. La práctica regular del yoga suma numerosos beneficios:
- Es útil para mantener, recuperar y aumentar la salud física: Permite una mayor oxigenación celular lo que proporciona una mayor irrigación de nuestros tejidos y órganos. Evita lesiones de espalda y dolencias musculares. Mejora el sistema cardiovascular, la función digestiva y fortalece el sistema inmunitario. Equilibra el funcionamiento de nuestras glándulas.
- Se regulan las funciones fisiológicas, lo que facilita la desintoxicación integral de cada una de nuestras células.· Contribuye a mantener la forma, a relajar el cuerpo y la mente e incrementa la energía. Mejora la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio. Proporciona un efecto relajante al disminuir los niveles de una hormona relacionada con el estrés y ayuda a conciliar el sueño.
- Es un estilo de vida que colaborará a su crecimiento personal, ayudándole a descubrir el potencial que lleva dentro. Puede contribuir a mejorar la imagen y la autoestima y a aumentar la concentración y la memoria.
- Le liberará de pensamientos y emociones negativas, al desarrollar su fuerza de voluntad y su autoconfianza. Mejora la relaciones con los demás lo que le permite desarrollar paciencia, tolerancia, compasión y perdón.