Ha llegado el momento de que los padres e hijos vuelvan a la rutina del nuevo año escolar. Se ha demostrado que agentes nutricionales específicos ayudan a estimular las funciones cognitivas de los niños, y pueden ayudar a optimizar el comportamiento y rendimiento en la escuela.
Podemos incluir en esta categoría de productos naturales, al ácido eicosapentaenoico (EPA) derivado del aceite de pescado, la Vitamina D y un buen Multivitamínico.
El ácido eicosapentaenoico es un ácido graso poliinsaturado de cadena larga con una estructura de Omega 3 y posee efectos únicos como antinflamatorio, regulador del estado de ánimo y sobre las funciones cognitivas.Se ha demostrado en muchos estudios que el EPA mejora de forma importante el Transtorno por Déficit de Atención con Hiperactividad infantil (TDAH) así como otros problemas psiquiátricos.
También se ha demostrado que la suplementación con EPA mejora el Transtorno de Oposición Desafiante, así como diversos comportamientos calificados de forma negativa por el profesorado.
Otro estudio encontró mejorías en el aprendizaje verbal y capacidad de memoria en niños a los que se había proporcionado alimentos enriquecidos con Omega 3. En un estudio realizado en 2011 incluyendo 10 ensayos con niños elegidos de forma aleatoria, sus autores llegaron a la conclusión de que los ácidos grasos Omega‑3 no sólo son eficaces para el tratamiento de TDAH, sino que el grado de eficacia estaba relacionado con la dosis de EPA suministrada.
Los niños y adolescentes que reciben EPA para la prevención y/o el tratamiento del estado de ánimo o problemas conductuales, también se pueden beneficiar a largo plazo al evitar alteraciones del estado de ánimo y el uso de medicamentos estimulantes.
El EPA también parece tener efectos beneficiosos sobre la función neurocognitiva.
Un estudio reciente en jóvenes comparó los efectos de un suplemento enriquecido con EPA a los de un suplemento enriquecido con DHA. Tras sólo 30 días de administración de dichos suplementos, el estudio mostró que el suplemento enriquecido con EPA mejoró las funciones cognitivas, ya que los cerebros de los participantes trabajaban con mayor rendimiento, consiguiendo mejores resultados a nivel cognitivo que antes de la suplementación.
Cuando el ácido docosahexanoico (DHA) se administra a niños en edad escolar no ha conseguido estos resultados. Por lo tanto, si el DHA es fundamental para el niño en el interior del útero y en los dos primeros años de vida, a partir de ese momento, el EPA demuestra ser el Omega-3 más importante para la salud cerebral.
Por esta razón, es más conveniente suplementar a niños de más de dos años con una aceite que sea más rico en EPA que en DHA.
La vitamina D es un nutriente emergente que es conocido por ser importante para el estado de ánimo y la función cognitiva en adultos. Nuevos estudios han demostrado una asociación entre bajos niveles de vitamina D en niños y el riesgo de padecer TDAH. En un estudio, los niños con TDAH tenían niveles de Vitamina D de 50 nmol/L, esto es, por debajo del umbral de 75, mientras que los niños sanos tenían niveles de 85.
Un buen multivitamínico es también importante para mantener una función cerebral saludable en niños.
Nutrientes como las vitaminas B son importantes para metabolizar la energía así como para el metabolismo de los neurotransmisores en el cerebro, y la suplementación con micronutrientes ha demostrado que ayuda a mejorar los síntomas del TDAH también.
Estas tres estrategias basadas en suplementación nutricionales contempladas de forma conjunta, tienen un nivel de alta seguridad y pueden ayudar a mejorar los resultados tanto en problemas de comportamiento como de atención y memoria, así como en la función cognitiva en los niños en edad escolar.