Los largos y calurosos días de verano son un desafío para mantener una piel saludable y de buena apariencia, así como para tener un cabello lleno de vida y manejable. Muchos productos para el cuidado de la piel y el cabello contienen diferentes ingredientes tales como conservantes y agentes espumantes potencialmente dañinos; esto hace que los aceites puros, exóticos y orgánicos sean una selección natural indispensable para su rutina de belleza.
Los beneficios de ciertos aceites a menudo reflejan los entornos hostiles a los que las plantas, a partir de los que se obtienen, se han adaptado.
El aceite de Argán se obtiene por prensado en frío a partir de las nueces del árbol de Argán, el cual crece en las áridas llanuras del norte de África; su poderosa red de raíces llega a alcanzar los 30 metros de profundidad en el suelo del desierto. El aceite de argán, a su vez, penetra en los poros hidratando profundamente la piel y manteniéndola sana y joven. Unas gotas de aceite de Argán en el cabello y el cuero cabelludo funcionan de maravilla para el cabello seco y dañado reparando las puntas abiertas. Su altísima concentración de vitamina E y antioxidantes, también ayuda a calmar el cuero cabelludo seco para reducir la descamación y la caspa.
El aceite prensado en frío a partir de nueces silvestres de Tamanu, originario de las costas soleadas de las islas del Pacífico Sur, es un tópico con propiedades antibacterianas y antiinflamatorias; esto lo hace perfecto para cortes, quemaduras, picaduras y abrasiones de verano. También sirve como una gran crema hidratante para después del afeitado, unas pocas gotas hidratan y protegen la piel.